Reducir el gasto energético y, por tanto, la factura de la luz, es una de las obsesiones de las familias y los directivos de las empresas. Algo que se entiende perfectamente en estos últimos tiempos, debido al alto precio al que se está vendiendo el kW/h.
Ahorrar energía en casa es posible sin necesidad de hacer grandes sacrificios. Con pequeñas acciones que se pueden llevar a cabo a diario, se puede responder a la pregunta de cómo ahorrar energía eléctrica con excelentes resultados.
Por supuesto, y más allá de esas técnicas para ahorrar energía en casa, es imprescindible que el inmueble esté perfectamente preparado para que el calor generado por los radiadores no se escape, se aproveche al máximo la luz, etc.
Por eso, es interesante trabajar en un aislamiento térmico de gran fidelidad o valorar un cambio de ventanas hacia instalaciones de calidad. Utilizar aislamiento SATE es una forma, por ejemplo, de generar un gran ahorro gracias al aislamiento técnico exterior de la vivienda.
Hechas todas estas mejoras estructurales que contribuyen a mejorar el confort del hogar, estas se pueden combinar con las técnicas ‘caseras’ para ahorrar energía en el domicilio. Es interesante conocer algunas de las más utilizadas y aplicar aquellas que sean posibles, con el objetivo de ir restando céntimos en la factura poco a poco.
Técnicas para ahorrar energía en casa
Al hablar de técnicas para ahorrar energía en casa parece que se trata de complicados y caros procesos que solo están al alcance de unos pocos. Lo cierto es que es todo lo contrario: pequeños gestos cotidianos que pueden mejorar notablemente el aislamiento de la vivienda y la luz natural que entra en las habitaciones y, por tanto, limitan el gasto.
Reemplazar las bombillas
¿Cuánto cuesta una bombilla nueva? Bastante poco, si esta asegura que va a sumar para elevar el ahorro en la factura de la luz.
Esto ocurre de manera automática si se instalan bombillas Led de bajo consumo. Según los datos oficiales, este tipo de bombillas gasta 10 veces menos energía para ofrecer el mismo nivel de iluminación.
Y sus bondades no acaban ahí: una bombilla Led tiene una larga vida útil que supera, con mucho, a las bombillas tradicionales. Esto quiere decir que al ahorro del día a día cuando están encendidas se suma el hecho de que no hay que invertir en reponerlas tan pronto.
Reducir el tiempo en la ducha
Todo el mundo disfruta debajo del agua caliente de la ducha y llenando el cuarto de baño de vapor, pero esto hace que el termostato, que generalmente es eléctrico, tenga que trabajar más por llenar la caldera de agua.
Tomar duchas rápidas también tiene un efecto positivo y directo sobre el ahorro de energía. Aunque alguna vez es posible darse el capricho de quedarse 20 minutos bajo el grifo, lo ideal es que los baños no superan los 5 o 6 minutos para optimizar el gasto. Y, de manera añadida, llevar a cabo un consumo responsable de un bien tan preciado como el agua.
Apagar luces
Aprovechar la luz natural cambiando las cortinas opacas por unas claras o semitransparentes y tratar de no tener encendidas luces que no son necesarias es otro de los grandes puntos a favor de ahorrar energía en casa.
En España somos muy dados a encender luces cuando no ha bajado un poco la luz, pero si se piensa bien, la mayor parte de las veces es un gesto automático que se hace sin que sea necesario. Así que hay que tomar conciencia e ir apagando luces que se quedan activadas por inercia.
Liberar los enchufes y acabar con el standby
Dejar el cargador del móvil conectado, no apagar la wifi por la noche o dejar el televisor con esa lucecita roja que indica que está apagado, pero conectado a la fuente de alimentación, es otro de los puntos que hay que trabajar para mejorar.
Resulta que todo esto va haciendo un consumo de energía mínimo, pero que a la larga puede suponer un porcentaje elevado dentro del total de gasto mensual.
Bajar la temperatura del termostato
La sobrecarga de trabajo a la que a veces se expone el termostato en los hogares es otro obvio motivo de gasto. Lo habitual es subir mucho la caldera en invierno para tener agua calentita. ¿Pero es necesario tanto? Es posible que se pueda ajustar para que ofrezca una temperatura confortable sin necesidad de que llegue a quemar.
Esto tiene una repercusión directa en el gasto, pues lo reduce notablemente.
Todos estos consejos están enfocados a conseguir ahorrar energía de una manera directa y clara. Cada una de estas acciones reduce céntimos en la factura de la luz; algo que, a la larga, supone un buen pico que se queda en el bolsillo y se puede utilizar para ahorrar o para invertirlo en otras cosas que resulten más urgentes o necesarias.