Diferencias entre la lana de roca y la fibra de vidrio
Nuestra vivienda es un lugar en el que siempre deberíamos sentirnos a gusto, pero esto no siempre sucede así. Especialmente, si las condiciones de aislamiento térmico o acústico no son buenas, puesto que sufriremos los efectos de la pérdida de calor, con el correspondiente incremento de la factura energética y, además, percibiremos molestos ruidos procedentes de la calle o de los domicilios colindantes. Por suerte, esto lo podemos evitar si elegimos bien cuando se trata de aislar con fibra de vidrio o lana de roca.
La lana de roca es un material que procede de rocas basálticas (rocas volcánicas) calentadas a más de 1600 °C. Lo que provoca que un material tan sólido como la piedra se transforme en un conjunto de hilos finos con los que se crean rollos o láminas.
Por su parte, la fibra de vidrio se elabora a partir de hilos de vidrio que también son fundidos a altas temperaturas, con el fin de poder crear con ellos una malla.
A nivel estético, la lana de fibra de vidrio tiene un aspecto más depurado, mientras que la lana de roca transmite la sensación de ser un producto más bruto. Sin embargo, ambas son lanas minerales que resultan una buena opción a la hora de conseguir aislamiento térmico y acústico de calidad, como el que se consigue a través del sistema SATE, que ofrecemos en SATE Mediterráneo y consigue un efecto aislante óptimo para la vivienda.
Lana de roca y la brida de vidrio: ¿cuál es mejor aislante?
Como hemos visto hasta ahora, no existen diferencias significativas entre ambos materiales. En los dos casos, podemos afirmar que son materiales sostenibles, ya que en muchos casos se fabrican a través de materiales reciclados. Además, son versátiles, puesto que se pueden utilizar en proyectos muy diferentes entre sí.
Se trata de materiales que no se degradan fácilmente, por lo que son muy resistentes al paso del tiempo y su vida útil puede llegar a ser de unos 50 años. A diferencia de otros aislantes que se usaban hace años en la construcción de inmuebles y en las reformas, ninguna de estas lanas es peligrosa para la salud, tal y como ha manifestado la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer.
Los dos materiales producen buenos resultados a la hora de aislar térmica y acústicamente un edificio, y los encontramos en diferentes formatos, lo que permite una buena adaptación de la lana a los espacios a cubrir. Se pueden utilizar sin ningún problema tanto en fachadas, como en paredes internas u otras partes de una vivienda o un local.
El efecto aislante se consigue a través de la densidad de los paneles. Cuanto mayor sea esta, menos ruido entrará y menos calor escapará del inmueble. Y en ningún caso necesitan mantenimiento una vez que las lanas han sido instaladas.
A la hora de llevar a cabo la colocación, se usan principalmente dos sistemas. El primero de ellos es el insuflado o inyectado, que implica inyectar el material en las cámaras de aire que existen entre los muros y los tabiques de las viviendas.
En el caso de lugares como áticos o buhardillas que requieren de grandes espesores, se suele recurrir al soplado. Esto permite distribuir el material aislante de forma rápida en superficies que son abiertas y amplias. Incluso en los casos en los que la buhardilla o el desván no se utilizan (pueden ser huecos no habitables), conviene llevar a cabo su aislamiento, porque el tejado es un importante punto de fuga energética tanto en verano como en invierno.
Otro punto fuerte a favor de ambos materiales es que son incombustibles, así que aportan un extra de seguridad en caso de que llegue a declararse un incendio en el edificio.
La lana de roca y la lana de vidrio son tan similares, que resulta muy complicado determinar cuál es mejor aislante. No obstante, podemos afirmar que la lana de roca es algo más eficiente a la hora de contener el calor dentro del inmueble debido a su grosor y densidad. Esto también le permite ofrecer resultados ligeramente superiores en materia de aislamiento acústico.
Por lo que se refiere a la fibra de vidrio, su precio es más económico, por lo que se suele recurrir a ella cuando hay que cubrir grandes superficies.
En definitiva, la elección entre lana de roca o fibra de vidrio no es tan importante, porque ambos materiales son buenos aislantes. Las diferencias son tan mínimas, que el uso de un material u otro dependerá del caso concreto. Por ejemplo, si vivimos en una zona especialmente fría o ruidosa, quizá interese más la lana de roca, en caso contrario, podemos ahorrar un poco y tener una casa igualmente bien aislada con la fibra de vidrio.