Al igual que la piel protege nuestro cuerpo del exterior, la envolvente térmica lo hace con un edificio contra las inclemencias climatológicas externas. De ella, depende que las condiciones interiores en una vivienda sean confortables y su habitabilidad sea la adecuada.
Qué es la envolvente térmica
El Código Técnico de la Edificación (CTE) define la envolvente térmica de forma muy clara y sencilla; la designa como el conjunto de los cerramientos que establecen una separación entre el ambiente exterior y los espacios habitables.
Al mismo tiempo, también pertenecen a aquella aquellas particiones que separan las áreas habitables de las no habitables (terrazas, lavaderos, garaje). Esto significa que aquellos elementos separadores como muros, forjados, ventanas, suelos y techos constituyen la envolvente térmica de una vivienda o un edificio.
La envolvente exterior de un edificio cumple principalmente funciones de protección y es la principal variable para facilitar un control climático interior. Esto implica que en función de su diseño, mejorará el bienestar de los ocupantes de una vivienda e influirá directamente en el consumo energético del inmueble.
Cualquier elemento que pertenezca a la envolvente de un edificio estará formado por un material que tiene un coeficiente de transmisión térmica determinado. Este indica la facilidad que tiene para permitir un intercambio de temperatura entre sus dos lados (transmitancia térmica), y el conjunto de todos ellos es lo que indica el aislamiento térmico que presentará la construcción.
En este contexto, la unión de dos materiales diferentes se denomina puente térmico, y es uno de los puntos más susceptibles de producir problemas en la edificación. Es donde se pueden producir infiltraciones capaces de producir patologías como grietas, fisuras, humedades, condensaciones y apariciones de moho en el interior de las viviendas, al mismo tiempo que son capaces de variar la temperatura interior considerablemente.
Un aislamiento térmico eficaz, como el producido por el sistema SATE, ejecutado por Satemediterráneo, es capaz de mejorar notablemente la envolvente térmica de una edificación y de establecer las soluciones constructivas en los puentes térmicos para conseguir una buena estanqueidad interior de una vivienda o edificio.
Materiales y elementos existentes
La envolvente exterior de un edificio es un elemento clave para conseguir una buena eficiencia energética, ya que es el encargado de aislar el interior e impedir unas ganancias o pérdidas de temperatura. Y para ello, tanto sus materiales como sus elementos deben estar bien diseñados y ejecutados. Veamos cuáles son.
Elementos de un sistema envolvente de un edificio
Un sistema envolvente de un edificio está compuesto de la siguiente manera:
- Envolvente vertical: Es el conjunto de los diferentes paramentos verticales que contiene. Además de constituir el soporte estructural de un edificio, es el responsable de las diferentes transmitancias que puede tener. Se dividen en los siguientes elementos:
- Huecos y marcos en ventanas, puertas y acristalamientos.
- Barandillas.
- Puentes térmicos.
- Pasos de instalaciones.
- Envolvente horizontal: La forman los diferentes paramentos horizontales que separan las zonas habitables de las que no lo son. Son elementos de alta exposición, al igual que los verticales, y pueden dividirse de la siguiente forma:
- Cubiertas y forjados, tanto en suelos como en techos.
- Juntas de dilatación.
- Claraboyas.
- Puentes térmicos.
- Pasos de instalaciones.
- Otros elementos: Son aquellos que no pertenecen a los elementos estructurales y que sí tienen contacto con el exterior. Pueden ser cajetines de persianas, chimeneas o tanto conductos como tuberías de instalaciones o de ventilación.
Materiales de la envolvente exterior de un edificio
La elección de los materiales en la envolvente térmica es la que determinará el grado de aislamiento térmico que tendrá el edificio. Será su conductividad la que determinará todo esto, y cuanto mayor sea, menor grado aislante tendrá.
De esta manera, los metales tienen conductividades térmicas muy altas, los polímeros la tienen más baja, y las muy bajas las presentan materiales especiales, como por ejemplo la fibra de vidrio, considerada como una de las más indicadas para establecer buenos aislamientos térmicos.
En la actualidad, hay varios materiales que presentan un gran aislamiento como las lanas minerales, el corcho, las fibras vegetales, la celulosa, el XPS o poliestireno extruido, el EPS o poliestireno expandido, el PUR o poliuretano y las fibras de vidrio, entre otros.
En cuanto a las soluciones constructivas para mejorar la envolvente de un edificio y conseguir un buen aislamiento térmico, mejorando la eficiencia energética, las más habituales son el sistema SATE y el de fachada ventilada. Ambos emplean los materiales anteriormente citados y mejoran tanto la estanqueidad interior como la estética exterior de las fachadas.
Conseguir la tan deseada eficiencia energética en un edificio no puede realizarse sin una envolvente térmica efectiva. De esta manera, la mayoría de las actuaciones se centran en una correcta ejecución y en el empleo de los materiales aislantes correspondientes. Por ello, profesionales como Satemediterráneo son una gran decisión si se quiere un aislamiento térmico eficaz en una edificación.
2 Responses
Buenas tardes.
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